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Historia

Nuestro pasado es rico en personajes y acontecimientos. Aquí te presentamos unos ligeros trazos, los esenciales para una ubicación básica.

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Después de la llegada de los conquistadores españoles a México, la Iglesia católica envió misioneros a los territorios recién conquistados que, con el paso del tiempo, formarían parte de la Nueva España. La primera Diócesis de México fue la de Yucatán, que incluía todo el territorio desde Tlaxcala hasta la Península de Yucatán, de la que se desprendieron sucesivamente los territorios de las diócesis de Yucatán y Tlaxcala.

De esta última se desprendería el territorio de la original Diócesis de México. Al concluir el sitio de México-Tenochtitlan en 1521, los españoles deseaban hacer de Puebla la capital del nuevo territorio, sin embargo el peso político, demográfico y militar de la antigua Tenochtitlan los obligó a abandonar esos planes y a establecer la capital en lo que es ahora la Ciudad de México. Carlos V dotó a la nueva diócesis de terrenos y medios, con lo que esta creció en importancia con la nueva capital de los territorios españoles en América. La diócesis, dedicada a la Asunción de María, fue erigida canónicamente por la bula Sacri Apostolatus del papa Clemente VII del 2 de septiembre de 1530, nueve años después de la caída de México-Tenochtitlán, y fue elevada a Arquidiócesis el 12 de febrero de 1546; su primer obispo y arzobispo fue el franciscano fray Juan de Zumárraga. Al paso de los siglos se ha convertido en una de las más pobladas del mundo.

Tenía un territorio tan grande que abarcaba gran parte del país y un poco de Centroamérica. Fue en 1950, al fundarse la diócesis de Toluca, cuando se desprendió una gran parte del Estado de México, y en 1960, al fundarse la diócesis de Texcoco, quedó únicamente como la Ciudad de México.

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