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Primera orientación
31. La primera orientación describe el nuevo ardor con
el que hemos de impulsar la evangelización y brota de la
espiritualidad de comunión. Nuestra fidelidad dependerá
de esta espiritualidad, que debemos convertir en principio
educativo para hacer de la Iglesia casa y escuela de comunión
para la humanidad (cfr. Novo Millennio ineunte 43 y 45).
Tal como Jesús vivió su fidelidad al estar en comunión con
la voluntad del Padre y con las necesidades de quienes lo
rodeaban; de la misma manera, si queremos ser fieles a la
misión, es necesario renovar nuestra comunión con Dios y con
el prójimo, amándonos como Dios nos ha amado (cfr. Jn 13,34).
Segunda orientación
32. La segunda orientación nos invita a vivir un método
pastoral sinodal. Recordemos que la Iglesia es esencialmente
una comunidad ungida por el Espíritu (cfr. LG 5), que, siguiendo
los pasos de Cristo, peregrina hacia la Patria celestial. Por eso,
está llamada a escuchar, discernir y actuar descubriendo
los pasos de su Maestro y las inspiraciones del Espíritu.
Este método nos pide escuchar a todos para asegurar un
diagnóstico de la realidad integral, hacia afuera y hacia dentro
de la Iglesia.
33. Tal como lo recuerda el papa Francisco, solo cuando
logremos contemplar la realidad con atención amante y
escucharnos unos a otros, laicos y pastores, comenzará un
verdadero proceso de conversión pastoral que nos ayude
a ver con los ojos de Dios Padre e interpretar la realidad
discerniendo lo que Dios quiere y lo que no quiere de su
Iglesia. Después viene el discernimiento que nos invita a juzgar
con los criterios del Hijo para proponer los posibles caminos
pastorales que nos permitan seguir a Cristo como camino,
verdad y vida. Finalmente, el método nos pide hacer vida,
juntos como Iglesia, aquello que hemos discernido y decidido.
La sinodalidad a la que nos invita el papa Francisco enriquece