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2. El Espíritu guía la renovación de la misión
48. La renovación de la Iglesia y su misión está dirigida
e inspirada por el Espíritu Santo (cfr. Evangelii Gaudium 279-
280). Desde el día de Pentecostés, cuando descendió sobre
los apóstoles en forma de lenguas de fuego, el Espíritu Santo
ha estado presente en la Iglesia, capacitándola para llevar a
cabo la obra de Cristo hasta el fin de los tiempos (cfr. Hch 2,
1-11). Es el Espíritu Santo quien capacita a los creyentes para
anunciar y testimoniar el Evangelio, infundiendo en ellos sus
dones y carismas (1 Cor 12, 4-11).
49. Es él quien nos guía en la continua búsqueda de
renovación (cfr. Evangelii Gaudium 26, 28, 30). A lo largo de
la historia, el Espíritu Santo ha suscitado movimientos de re-
novación espiritual y reforma dentro de la Iglesia, inspirando
a personas para revitalizar la vida y la misión de la Iglesia en
respuesta a los desafíos de su tiempo (cfr. Evangelii Gaudium
29).
50. Así, al tiempo que nos mueve a la conversión, el Es-
píritu Santo también capacita a la Iglesia para cumplir su
misión de proclamar el Evangelio y hacer discípulos de todas
las naciones (cfr. Mt 28, 19). A través de la acción del Espíritu
Santo, la Iglesia es enviada al mundo para llevar el mensaje
de salvación y para ser testigo del amor y la gracia de Dios
incluso en medio de las persecuciones (cfr. Hch 8, 1. 4).