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2. Voz de nuestros pastores, magisterio
a. Una Iglesia pobre y para los pobres
94. En Evangelii Gaudium, el papa Francisco denuncia la
cultura del descarte, que considera al ser humano como objeto
de consumo y promueve la exclusión de los más vulnerables
de la sociedad. En un mundo marcado por la desigualdad
y la injusticia, la Iglesia tiene la responsabilidad de ser voz
profética y agente de cambio. El Papa llama a la Iglesia a
rechazar la idolatría del dinero y a reconocer la necesidad de
una economía al servicio de la persona humana, que priorice
el bien común sobre el beneficio individual. Nos recuerda
que la opción preferencial por los pobres no es cuestión de
asistencia caritativa, sino compromiso radical por la justicia y
la transformación social. Como comunidad cristiana, estamos
llamados a escuchar el clamor de los pobres y a trabajar por
su liberación, promoción y desarrollo humano integral (cfr.
Evangelii Gaudium 198).
b. Una Iglesia capaz de conmover sus entrañas
95. Solo el que ama es capaz de conmoverse desde las
entrañas por las necesidades del prójimo y ocuparse en la
promoción de la persona. El papa Francisco desafía a los cris-
tianos a una conversión profunda que nos lleve a sentir el
sufrimiento ajeno como propio y a responder con amor y
compasión; llama a superar la indiferencia y la frialdad que a
menudo caracterizan nuestra respuesta ante las injusticias y
el sufrimiento de nuestros hermanos (cfr. Evangelii Gaudium
199). A lo largo de su magisterio, el Papa nos exhorta a culti-
var esta sensibilidad espiritual que nos lleva a estremecernos
ante el dolor ajeno y a comprometernos activamente en la
búsqueda de soluciones concretas. Ser una iglesia capaz de
conmover sus entrañas implica también asumir la responsabi-
lidad de denunciar las injusticias y los sistemas que perpetúan
la opresión y el sufrimiento humano.